¿Cuántas veces me habré preguntado, o le habré dicho a Dios, qué tan profundo es este pozo que no encuentro el fondo? Sí, cuando atravesamos momentos difíciles buscamos respuestas que, en realidad, no llegarán tan rápido o fácil como creemos, o como queremos.
Lo cierto es que sí, ese pozo tiene fondo y dicen que cuando lo toca uno, comienza la subida. Pero, ¿qué pasa mientras estamos ahí dentro, a oscuras, a tientas, sin saber qué está pasando más abajo o afuera?
Ese pozo, o ese túnel como muchos también le llaman, es el lugar al que llegamos cuando nos enfrentamos a la depresión, que no es lo mismo que la tristeza por más fuerte que sea esta última.
La depresión implica muchos, muchísimos factores y consecuencias más de lo que nos imaginamos, y peor aún, de lo que pueden pensar quienes nos rodean. No, no se trata de victimizarnos más, se trata de plantear el escenario real.
Vivir en depresión nos lleva a perder el sentido de vida, no sabemos para qué estamos aquí y no queremos seguir porque no le encontramos una finalidad a estar en este plano de tierra. Lo cierto es que eso no debe ser un motivo para morir, sino para mirar dentro de nosotros.
Sí, aunque suene loco o ilógico. Me tardé mucho en llegar a comprenderlo, si es que acaso ya lo logré. Al estar en depresión, he llegado a pasar no horas, sino días, semanas y meses metida en mis pensamientos y emociones.
Hay personas que lejos de ser empáticas con lo que me sucedía, sólo se preguntaban, ¿pero por qué Blanca se la pasa horas sola, en qué pensará? Creo que a veces no pensaba en nada, o al menos en nada coherente.
Sólo veía pasar el tiempo, y no me importaba si transcurría rápido o lento. Si era de día o de noche. Si hacía frío o calor. Había ratos, claro, en que era más funcional que en otros, pero no la mayoría del tiempo.
Fueron pasando los meses y aunque no logré recuperar rápido el estado de ánimo que me caracterizaba (ir de un lado a otro, emprender, ser altamente activa, en fin), fui logrando retomar algunas cosas de mi vida.
Ahora, como te comentaba al iniciar el texto, me pregunto, ¿este pozo tiene fondo? ¿este túnel tiene salida? ¡Claro que sí! No desesperes, verás que con el tiempo (no hay una fecha fija, cada quien vive su proceso de manera diferente) comenzarás a ver destellos, lucecitas que te indicarán que estás llegando a la salida.
A lo mejor de pronto vuelves a caer, vuelves a tropezar y regresas a la oscuridad, pero será temporal, porque ya habrás pasado la parte más fuerte, más dura, más difícil.
Es posible que te entre la desesperación y creas que ya no hay esperanza, pero créeme, lo he vivido y sé que TODO PASA, Y ESTO TAMBIÉN PASARÁ…
– BlanCalma