Por mi trabajo, y por mi forma de vida, soy de quienes convive con muchas personas y me gusta hacerlo; sin embargo, en ocasiones después de ver a algunas de ellas me sentía cansada, física y/o mentalmente, incómoda o hasta enojada.
Al principio no sabía por qué me sucedía eso, pero era en verdad algo que yo no deseaba. Con el tiempo, una maestra mía nos explicaba en un taller que existen los llamados “vampiros energéticos”, aquellos seres que consciente o inconscientemente se “roban” tu energía.
Luego, leí sobre este mismo tema en el periódico El País, en donde se les denominaba “personas víricas” y se explicaba qué era lo que sucedía cuando convivías con ellas.
Algo que las caracteriza es que desde que llegan contigo sientes su energía “pesada”, hablan sólo de cosas negativas o se la pasan hablando mal o criticando a cualquier persona que se atraviese por su camino o su mente.
Es tanta la queja que echan hacia afuera, que a veces ni siquiera te dan tiempo u oportunidad de que puedas frenarlas pronto, hasta que hacen un alto y tú puedes hacer alguna observación sobre eso o cambiar el tema sin herir su susceptibilidad.
De acuerdo con El País, existen estos tipos de personas tóxicas o víricas: las pasivas, le echan la culpa de todo a los demás; las “caraduras o cínicas”, son egoístas y sólo lo suyo importa; las criticonas, les encanta hablar mal de los otros; los “mala idea”, siempre tienen un problema para toda solución; los psicópatas, humillan y hacen sentir mal a los demás.
Pero ¿qué podemos hacer con esto? Lo primero es mantenerlos a raya en nuestra vida, a veces eso es complicado o casi imposible (pues incluye parientes o compañeros de trabajo), pero puedes hacerles ver con tacto que a ti no te interesa hablar de esos temas o no entres al juego de sus críticas.
Si te habla de rumores dile que no puedes opinar porque no te consta y no quieres ser parte de un chisme que afecte a otras personas. Lo ideal es que frenes ese tipo de pláticas desde un principio, para que el ambiente baje de densidad.
Protégete. Sí, aunque esto te suene hasta ridículo, puedes cubrir tu energía con pensamientos positivos, creando en tu mente una burbuja dorada en donde tú quedas adentro (rebotará las malas energías), sacúdete en el baño como si brincaras o limpiaras el cuerpo y ropa con tus manos, pero sobre todo busca personas que estén en tu nivel energético, no más bajo.
– BlanCalma