Uno de los grandes problemas que tenemos la mayoría de las personas es que queremos controlarlo todo, o creemos que así lo hacemos, pero… ¡qué pena, no es así!
Y para demostrarlo basta con un solo ejemplo: ¿sabes qué día está predestinado que mueras? ¿Puedes evitar que alguien a quien amas fallezca porque su misión en esta vida ha terminado?
No, no siempre podemos tener el control de las cosas, y mucho menos de lo relacionado con la vida y la muerte. Por ello requerimos soltar cada vez más esa necesidad de querer someter todo a nuestra voluntad.
El reto es FLUIR, permitir que las cosas tomen sus cauces naturales y disfrutar cada vez más de todo, sin prejuicios, sin miedos que paralicen, sin pensar que al soltar vamos a perder.
Es exactamente al contrario, cuando dejamos el control todo se aliviana dentro y fuera nuestro, es cuando vamos tomando conciencia de que sólo tenemos una vida terrenal y que los únicos que decidimos cómo queremos vivirla somos nosotros, nadie más.
Es tiempo de fluir y GOZAR cada instante, cada segundo, cada minuto, cada hora, cada día… para que cuando llegue nuestro tiempo de partir nuestras cargas internas y externas no sólo sean ligeras, sino prácticamente inexistentes.
– BlanCalma