“Gracias a la vida, que me ha dado tanto…”
Sí, así comienza la canción que interpretaba magistralmente Mercedes Sosa, y que para mí es un constante recordatorio de que la vida siempre, siempre nos da, pero a nosotros suelen pasarnos dos cosas, recibimos tanto que dejamos de agradecer, o no nos creemos merecedores y sentimos que la vida no nos da nada.
Si tan sólo miráramos con detenimiento a un lado nuestro, si levantáramos la vista y viéramos cada amanecer o la luna y las estrellas en cada anochecer…
Si tan sólo agradeciéramos tener alimentos en nuestra mesa, por muy sencillos que estos sean…
SI tan sólo valoráramos que tenemos un techo bajo el cual vivir y resguardarnos de las inclemencias del tiempo…
Si tan sólo miráramos a los ojos de las personas que amamos y nos aman, como nuestros padres, hermanos, pareja o hijos…
Si tan sólo escucháramos las risas que nos sacan nuestros amigos hasta hacernos llorar de alegría…
Si tan sólo disfrutáramos del silencio que la vida nos regala, o del canto de un pájaro o el ladrido de un perro…
Si tan sólo agradeciéramos por eso y muchas cosas más, nuestra vida sería diferente y cada día veríamos cómo a pesar de las aparentes carencias materiales, la vida nos da todo a manos llenas.
Por eso y por mucho más… “Gracias a la vida, que me ha dado tanto”.
– BlanCalma