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Marcos Paulo Prado / Unsplash

Aceptar o resignarse, una decisión de vida

¿Aceptar o resignarse?

Al vivir un duelo por la partida de un ser querido, nos enfrentamos a una disyuntiva: resignarnos o aceptar la pérdida.

Y muchas veces creemos que ambas palabras o conceptos son lo mismo, sin embargo son dos cosas muy diferentes y nos llevan a estados anímicos opuestos.

El duelo es un proceso que consta de cinco etapas, y una de ellas es la ACEPTACIÓN. Pero ¿qué significa eso y por qué no me ayuda resignarme?

Partamos de algo, el duelo implica dolor, y el dolor, de acuerdo con distintas creencias, es inevitable. El sufrimiento, por el contrario, es opcional y nos puede llevar a vivir alterados, enojados, “amargados”.

Resignarse es resistirse a aceptar que la pérdida es real, que sucedió y que no podemos hacer nada por cambiar la situación. 

En la resignación nos estamos entregando al drama, nos victimizamos.

Por el contrario, la ACEPTACIÓN nos permite asumir voluntariamente que la partida de nuestro ser amado era inevitable y necesario para que trascendiera a un estado superior, pues no debemos olvidar que nuestro paso por la vida es tan sólo un viaje de Retorno al Padre o de Regreso al Hogar.

Por ello, al aceptar la partida, al aceptar la pérdida, al aceptar que trascendió, podemos retomar nuestra vida y honrar la de nuestro ser querido VIVIENDO y siendo felices.

El TODO es Mente; el Universo es mental. Así reza el primer enunciado del Principio del Mentalismo, uno de los siete que forman parte de los grandes secretos de quienes fueron iniciados en el mundo metafísico hace siglos y siglos.

Poco a poco, aunque creamos que ha sido algo rápido, el acceso a información hermética (secreta) se ha abierto. Hoy es posible leer mucho sobre el tema, pero esto no significa necesariamente que comprendamos todo su alcance.

Es más, posiblemente ni siquiera todo el que lee “El Kybalión”, donde vienen asentados estos principios, pueda comprender la magnitud de los conocimientos que se le están transmitiendo.

Sí, todo es mente… lo hemos leído, escuchado, repetido e incluso quizá hasta hemos reflexionado sobre esto, pero ¿realmente comprendemos lo que implica? Nos han hecho creer que este principio se puede reducir a que si deseamos algo basta con que lo mentalicemos para lograr tenerlo.

Y sí, pero no… No basta simplemente con que anhelemos algo para que como por “arte de magia” llegue a nuestras manos, intervienen muchos otros factores como la intención y vibración.

En el fondo puede ser demasiado fácil, pero si aprendemos a utilizar los siete principios herméticos, de los cuales ya hemos platicado de uno, el de la ley de correspondencia.

Una vez que comprendemos lo que implica cada uno de estos y cómo podemos practicarlos, entonces sí podremos ver “milagros”, “maravillas”, “cosas inesperadas” en nuestras vidas.

El poder de la mente es ilimitado, de ahí que siempre se te recomiende que tengas pensamientos positivos, pero sobre todo una actitud también en ese mismo sentido, porque de nada sirve que repitamos decretos o afirmaciones si nuestro sentir y acciones están llenos de negatividad.

Así que hoy tienes que ser consciente de que tu mente es SÚPER PODEROSA, sí, súper poderosa, y que con ella puedes lograr grandes cosas, pero para iniciar tienes que enseñarla, sí, enseñar a tu mente, a ser POSITIVA y lograr que tus acciones sean congruentes con ella.

Una vez que alineas tu mente con el TODO, para lo cual necesitas calmarla a través de la meditación, entonces podrás comenzar a trabajar con ella y con los demás principios de los cuales compartiremos la próxima semana.

– BlanCalma

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