“Piénsalo y lo tendrás”, “Sólo ten pensamientos positivos”, “Si lo crees, lo creas” son apenas tres de las muchísimas frases que solemos leer o escuchar sobre cómo debemos pensar para tener una vida plena.
Y sí, esto es una realidad, lo que tenemos en la mente es lo que vamos a trasladar a nuestra vida diaria. Hay una frase que me gusta mucho: “una mente negativa jamás podrá tener una vida positiva”.
¿Pero cuál es el riesgo de todo esto? Antes de seguir quiero compartirte que dos de las certificaciones que tengo son como Teacher & Coach Heal Your Life, es decir, fui formada en la filosofía de Louise L. Hay, una de las principales impulsoras del pensamiento positivo.
Y no, no voy en contra de esto, todo lo opuesto, soy creyente y practicante de llevar a mi vida un estilo de vida positivo y saludable, aunque como todo, a veces me tropiezo y cuando me doy cuenta me pierdo y retomo el camino.
¿Cuáles son los riesgos que he visto de caer en el positivismo desbordado? Como todo en la vida, llegar a limpiar nuestra mente de lo negativo es un proceso. Lo primero de lo que debes ser consciente es de que no basta con que hagas decretos (o afirmaciones) para que todo cambie.
Decía hace unos meses Neale Donald Walsh, autor del libro Conversaciones con Dios, que algo de lo peor vendido en la actualidad es un estilo de vida positivo.
Coincido con él. Se nos ha hecho creer que es tan fácil como llenar un vaso de agua y no es así. Dentro de lo que se nos enseña en la formación como HYL Teacher es que las afirmaciones o decretos son semillas que ponemos en nuestra mente, pero como sucede con el grano de frijol, hay que regarlo, cuidarlo y ver que comience a germinar.
Yo suelo decirle a quienes van a los talleres que doy, “no repitas tus decretos como lorito, eso no sirve, siéntelos, víbralos, llévalos a lo más profundo de tu ser”.
Otro de los riesgos es que nos perdemos de la realidad. Creemos que con sólo imaginar que podemos tener la mansión de nuestros sueños ésta llegará inmediatamente. Sí, es posible que llegue, pero hay que hacer mucho trabajo mental y vibratorio para ello. Lo malo es que cuando no ves tu sueño hecho realidad en el tiempo que tú crees que debe llegar te frustras.
Bueno, pero ¿qué puedes hacer entonces? Por supuesto que sí es bueno tener decretos o afirmaciones, escríbelos en una libreta o tarjetas que te gusten. Léelos, pero hazlo sintiéndolo desde el corazón. No los mezcles con ideas negativas porque los anulas.
– BlanCalma